Antes de ser un imperio del anime, fue una idea improbable, como es de esperarse la historia de Crunchyroll inició en el lugar más improbable, era el 2006 cuando un pequeño grupo de estudiantes de UC Berkeley creó un sitio para compartir contenido asiático sin imaginar que estaban sembrando el terreno para una revolución cultural.
La historia de Crunchyroll comienza ahí, entre cables, improvisación y una pasión que superó cualquier plan de negocios. Aquella plataforma, inicialmente alimentada por usuarios, entendió muy pronto que el mundo necesitaba algo más, quería un puente hacia Japón, un hogar donde las historias animadas encontraran espectadores en cada continente.
Con el tiempo, el sitio dio un giro radical, dejó atrás el contenido sin licencia y apostó por acuerdos oficiales, por construir relaciones directas con estudios japoneses y por convertirse en sinónimo de distribución legítima. Ese cambio no sólo legitimó su existencia, sino que la transformó.
Cuando la industria japonesa encontró a su aliado más fiel
Fue en 2010 cuando la historia de Crunchyroll pasó de la periferia al centro de la conversación global sobre anime, Crunchyroll ya se había convertido en una pieza clave para estudios, distribuidores y productores.
Su catálogo crecía a un ritmo inédito, consolidaba acuerdos que permitieron que títulos enormes llegaran simultáneamente a Occidente. Hoy presume más de 1,300 títulos disponibles, desde clásicos hasta estrenos semanales, y presencia en más de 200 países y territorios.
La plataforma cuenta con más de 100 millones de usuarios registrados y supera los 10 millones de suscriptores premium. Es, por números y por influencia, la mayor comunidad de anime del mundo.
La historia de Crunchyroll no es sólo una historia de expansión, es una de confianza entre industrias que por décadas estuvieron separadas por idiomas, distancias y derechos de distribución complejos.
Crunchyroll ayudó a consolidar prácticas que hoy parecen obvias, como el simulcast, la posibilidad que los episodios estuvieran disponibles una hora después de su estreno en Japón, y el simuldub, que permitieron que Latinoamérica viviera temporadas al mismo ritmo que Asia. De pronto, el anime dejó de sentirse lejano, se volvió cotidiano.
El día que Crunchyroll y Funimation se unieron para cambiarlo todo
En agosto de 2021, ocurrió el movimiento que marcaría un antes y un después, Sony Pictures Entertainment adquirió Crunchyroll por 1.175 mil millones de dólares, integrándola con Funimation Global Group.
La unión, anunciada oficialmente también en Medium, tenía un objetivo claro, consolidar “la experiencia definitiva del anime” bajo una sola marca.
Ese fue uno de los grandes giros de la historia de Crunchyroll. Dos gigantes, uno con la fuerza histórica del doblaje y otro con el músculo del streaming global, se fusionaron para crear la plataforma de anime más poderosa del planeta, Sony lo definió con el objetivo de “unificar el fandom”.
La decisión impulsó nuevos modelos de distribución, doblaje acelerado, mayor presencia en cines, alianzas estratégicas y la expansión de Crunchyroll Expo y los Crunchyroll Anime Awards, eventos que hoy sirven como brújula cultural para el anime occidental.
El corazón de un hogar para millones
Con el crecimiento llegó algo más que números, llegó la sensación de comunidad. Crunchyroll dejó de ser una plataforma para convertirse en un punto de encuentro emocional. Foros, eventos, coleccionables, juegos, publicaciones editoriales, cada nueva línea reforzó la idea de que el anime, por primera vez, tenía un hogar global.
El impacto en Latinoamérica fue especialmente profundo, con el boom del doblaje, la aparición de estudios dedicados exclusivamente a proyectos de Crunchyroll y la distribución de películas en cines se creó una relación directa con una audiencia que llevaba décadas esperando ser tomada en serio.
Los capítulos que siguen en la historia de Crunchyroll
Es claro que la historia de Crunchyroll no se detiene. Hoy, la plataforma se expande hacia videojuegos, coleccionables y producciones originales.
La distribución global de éxitos como Jujutsu Kaisen, Spy x Family, Demon Slayer o DanDaDan demuestra que su influencia va más allá del streaming, al dictar tendencias, impulsar fandoms y abrir puertas para narrativas que antes parecían demasiado de nicho para cruzar fronteras.
Crunchyroll es, en esencia, la confirmación de que el anime no necesita adaptarse al mundo, más bien el mundo se adaptó a él.
La historia de Crunchyroll es la del día en que el anime dejó de viajar solo, es ver la historia de un puente que se extendió desde un dormitorio universitario hasta millones de pantallas. Y en cada episodio, en cada estreno simultáneo, en cada fan que encuentra consuelo en una historia animada, late la misma idea luminosa, el anime encontró un hogar y nosotros también.

